Cuenta la leyenda que, en un país muy lejano, un hombre bueno vio al pie de una cascada a un joven ahogándose en un remolino. Con gran esfuerzo, el buen hombre logró sacarlo del agua y llamó a un vecino para que lo ayudara a revivirlo. Cuando estaban en esa tarea, vieron que otro joven caía por la cascada. Mientras intentaban salvar al segundo, notaron que caía un tercero. Horas después, un gentío bien intencionado se esforzaba por rescatar a los que caían, uno tras otro. Algunos meses más tarde, los vecinos fundaron la Asociación de Ayuda al Ahogado, y con mucho sacrificio reunieron fondos para contratar a un batallón de buzos, que iba sacando del agua a los jóvenes que seguían cayendo. Cierta vez llegó a la comarca un hombre sabio, que preguntó: ¿No sería mejor subir a lo alto de la cascada y averiguar por qué se cae tanta gente? Los esforzados vecinos le contestaron, con poca paciencia: ¿No ves que estamos muy ocupados salvando vidas? ¡No tenemos tiempo ni dinero para excursiones! Entonces, el sabio subió al cerro en sentido contrario a la corriente y descubrió en la cima una aldea muy pobre, con una sola escuela. Frente a ésta, había un terreno baldío, enfangado y sin vallas situado justo al lado del nacimiento de la cascada donde los jóvenes resbalaban e iban cayendo uno tras otro.
Con este sugerente relato, tomado de Nieves Tapia, empezó Cristian Conen, abogado, profesor e investigador de la Universidad de La Sabana, la conferencia que impartió este fin de semana en el Congreso Latinoamericano de Líderes de Family Enrichment (también conocida como Orientación Familiar) organizado por la IFFD (International Federation for Family Development) en Cartagena de Indias, Colombia.
Unas doscientas personas, en representación de 18 países latinoamericanos, decidimos subir la cuesta de la cascada en busca de la raíz de tantas y tantas corrientes que arrastran y ahogan a nuestros jóvenes hoy en día: el aumento de adicciones, la delincuencia, la violencia, la apatía vital, los trastornos de personalidad y el suicidio juvenil; la continuidad intergeneracional de fenómenos familiares dolorosos como la infidelidad, las separaciones, el maltrato de mujeres, los niños huérfanos de padres vivos y recientemente, de padres digitales…
Durante dos días nos olvidamos de rescatar a los jóvenes que se iban precipitando por la cascada y nos concentramos en encontrar la causa de sus caídas.
Cuando llegamos arriba no vimos la escuela ni el fango ni el baldío, sino una multitud. Miles y miles, millones de familias desorientadas, deambulando sin norte en busca de una felicidad que se les escapaba entre los dedos.
Y volvimos a darles la esperanza que desde la IFFD venimos ofreciendo desde hace ya 50 años: la certeza de que es posible amar para siempre, y cada día con mayor pasión e intensidad; la convicción de que los padres seguimos siendo los titulares del derecho a la educación de nuestros hijos y sus primeros educadores, y de que ningún Gobierno puede dictarnos cómo hacerlo; la inevitable realidad de que la educación no es una ciencia cierta ni un recetario de cocina, sino una sabiduría prudencial que se adquiere con la misma formación, dedicación y competencia con que se logran las carreras profesionales; y la seguridad de que la familia es el hábitat del ser humano y el lugar privilegiado en que la felicidad se puede ver y tocar.
Y para que estas declaraciones no se transformaran en un brindis al sol, profundizamos durante dos días en todos los aspectos de los cursos de Family Enrichment que la IFFD imparte cada año a más de 30.000 personas en 68 países del mundo, que han llevado la felicidad a tantas familias y recibido el reconocimiento de Naciones Unidas en varias resoluciones del más alto nivel.
Cristian Conen, en su conferencia inaugural, abogó por una rebelión educativa pacífica que ampliara el enfoque del desarrollo aislado de la dimensión intelectual de la persona al desarrollo de la capacidad de amar en sus dimensiones intelectual, física, afectiva, social y espiritual para poder superar todas las lacras sociales que aquejan hoy a la familia.
Y nosotros le hicimos caso. Los cerca de doscientos participantes en el congreso, decidimos subir a lo alto de la cascada y preparamos el único terreno en que puede evitarse que los jóvenes sigan cayendo por la pendiente resbaladiza hasta la cascada del fracaso vital: la familia.
Ahora, de vuelta a nuestros países, vamos a seguir propagando la noticia a voz en grito: ¡poned en lo alto de la cascada una familia fuerte y no necesitaréis rescatar ahogados! Y, junto con el anuncio, continuaremos ofreciendo y perfeccionando el mejor instrumento para lograrlo: la formación familiar.
Buenisimo Javier!!
Abrazos!
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, Máximo!! Ha sido un placer coincidir con vosotros en el congreso. Mucho ánimo en Argentina!!
Me gustaMe gusta
Buenísimo Javier!! Como todo lo que escribes!! Lo difundo
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, María, por la difusión! La causa de la familia merece todo nuestro apoyo!!
Me gustaMe gusta
Proverbial!!!
Olé y gracias !!!
Mar
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, Mar!!
Me gustaMe gusta
Me encanto!! GraciasJavier, lo publicare en mi pagina.
Y vamos por un cambio educativo que comienza en las cuatro paredes del hogar.
Te saluda
Mara
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, Mara! Y por todo vuestro trabajo por las familias argentinas!
Me gustaMe gusta
Buenísimo!! Gracias por escribirlo y compartirlo! Abrazo y nos vemos en lo alto de la cascada!
Me gustaMe gusta
Nos vemos ahí!! Muchas gracias!!
Me gustaMe gusta
Muchas Gracias Javier! Desde FAMOF Colombia seguiremos haciendo la labor con amor y empeño. Ahora a planear y ejecutar el Summer Camp Latam
Me gustaMe gusta
Gracias a ti, Juan Francisco. Adelante con el Family Summer!!
Me gustaMe gusta
Gracias Javier!
Sería muy interesante definir que es una Familia fuerte y también que significa formación en la educación familiar.
Acabo de asistir a una conferencia de un grupo que se llama BEAR en Estados Unidos. Son gente que ayuda a niños con problemas familiares a colocarlos en “foster families”. Oí a un joven decir una de las frases más inspiradoras que he oído” it takes one caring adult to transform a life”. Sería muy desesperanzador pensar que alguien que no tuvo una “familia fuerte” se echaría por consiguiente a la cascada….siempre hay esperanza…aún cuando las raíces familiares (tan importantes) no sean sólidas.
Gracias otra vez por tus artículos Javier!
Me gustaMe gusta
Gracias, Marisa. Muy interesante esa iniciativa!
Me gustaMe gusta