La verdad es que no pensaba escribir más este mes, y menos de este tema, pero mi mujer se ha ido a cenar con sus primas y cuñadas y yo, después de ayudar a mi hijo a terminar los deberes, he sentido el impulso de escribir. Me pasa a menudo: cuando algo sucede, me pongo a escribir.
Y qué quieren que les diga, a mí lo del 1-0 me da mala espina. Si, por lo menos, le quitaran el guion, podría confundirse con un 10, que representa la excelencia en muchos ámbitos de actividad social y académica. Pero con el guion, que es como se presenta, evoca a un resultado deportivo en el que uno necesariamente gana y otro necesariamente pierde. Y no me gusta.
No me gusta porque tengo amigos en los dos equipos. Es verdad que tengo más amigos en un equipo que en otro, pero, como explicó Kant, en términos de dignidad humana, no existen cálculos matemáticos ni comparativos posibles: cada vida, cada persona, es un absoluto.
Aunque aquí no hablamos de vidas, ¡espero!, sino de trayectorias vitales. Y, como cada uno tiene su biografía lingüística, cultural, geográfica y emocional, cualquier opinión merece respeto. Lo que no merece respeto, ni siquiera atención, es la demagogia y el sofisma en que nos tienen apresados nuestros políticos y agitadores de masas, tanto más cuanta mayor es la ignorancia…, que, últimamente, es mucha.
A lo que iba. A mí no me gusta que mis amigos pierdan, aunque otros amigos, o yo mismo, ganemos. Salvo en el juego, claro, que para eso está diseñado. Bien mirado, todo lo que está pasando… ¿No es como un juego? ¿No parece irreal? ¿No es increíble? ¿De verdad vale tanto un pedazo de tierra, de historia, de cultura, o nuestra vinculación con ellas -de los de fuera y de los de dentro- como para que nos peleemos de esta manera tan incomprensible?
A mí me sucede un fenómeno curioso: allá donde voy me siento como en casa. Viajo bastante y tengo la gran suerte de topar con grandes personas (lo habitual, vaya) que tienden a hacerme la vida agradable, aunque a veces el idioma nos distancie un poco, muy poquito, porque siempre suple el corazón. A lo mejor es desapego, desafección, como dicen ahora.
Pero yo no lo creo porque mi gran apego, mi gran afección son las personas, sobre todo las de mi familia: ¡ésa sí es mi tierra, esté donde esté! (y alguna, créanme, está muy lejos de aquí). Así que, como todo lo que está pasando estos días me parece una quimera y no puedo entenderlo, el día 1 de octubre me dedicaré a lo verdaderamente importante: mi familia.
Haré el propósito de sonreír a cuantos me encuentre en el camino, del equipo que sean y cualquiera que sea el resultado del partido. Llamaré a una tía mía muy querida que cumple 80 años. Es catalana y estará fuera de Catalunya ese día, visitando a un hijo suyo, como Dios manda. Felicitaré a una cuñada mía que también cumple años ese día (muy poquitos, creo, muchos menos que yo). Iré a Misa, como hago los domingos, con los que puedan venir de mi familia. Tendremos una comida familiar, compartiremos experiencias, reiremos y haremos una fantástica sobremesa entre cabezadas y cabezonadas. Seguiré por wassap las peripecias de mi familia de fuera… y de dentro, que algunos wassapean con tanta intensidad que a veces ya no sé si vivo mi vida o la suya. Iré a visitar a mi padre, que enviudó el año pasado y vive ahora solo. Probablemente, allí me encontraré con alguno de mis hermanos y comentaremos los eventos del día. Intentaré hacer algo de deporte en algún momento. Y ya por la noche, procuraré enterarme de las cosas secundarias a mi familia, como el lío ese del 1-0 que están organizando, y me iré a dormir esperando el día 2, que, por razones que ahora no vienen al caso, es para mí mucho más importante que el 1.
Feliz fin de semana.
P.D.: Para los de fuera de España que no hayan entendido nada (¡como yo!), 1-0 significa 1 de Octubre, el día en que algunos quieren concebir la independencia de Cataluña (aquí la escribo con «ñ» para compensar, que arriba la escribí con «ny»).
Olé, Javier!!!
Qué manera tan sencilla de resumir lo.que se nos viene encima…
Y, siguiendo otro.de tus artículos, con qué mirada…tan serena lo ves.
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Gracias, Mar. Cuesta comprender adónde hemos llegado!!
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Muy oportuno positivo. Ojalá que lo enfoquemos así y vuelva la paz
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Ojalá!!
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Gracias por escribir esto y recordarnos que lo primero es lo primero. Y el sol, como dice mi madre, saldrá como siempre.
Desde muy lejos, aunque muy cerca al mismo tiempo.
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Gracias, Cristina! Seguro que desde NY se ve todo más claro!
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Los neoyorquinos y los catalanes tienen mucho en común. Mucho de bueno!
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Me encanta Javier, cuanta razón tienes y que bien escrito, que pena haber llegado a este 1-0 ademascuanto tenemos conocidos en difrentes equipos. Un abrazo para todos
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Pues, sí! Gracias, María José!
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Muy bueno, como siempre
Fer
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Gracias, Fernando!
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Eres un Crack ¡¡¡¡
ROSA PICH-AGUILERA ROCA
Móvil – 693 77 10 00
Skype rosa.pich2
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Gracias, Rosa!!
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No puedo estar más de acuerdo! Qué ganas de que esta fiebre pase!
A mi me pasa lo mismo. Cuando algo me alegra o me indigna, me entran ganas de escribir. Un abrazo a la familia!
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Muchas gracias! Hay que escribir!
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Muy bien dicho Javier !! Me ha gustado mucho!
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Gracias, Cris. Me hace especial ilusión tu comentario!!
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Leo este escrito la víspera del 1-O y me alegra ver reflejados valores que han caracterizado a los catalanes: la importancia de la familia, el respeto y cariño a nuestros mayores y afrontar can «seny» las situaciones con las que te vas encontrando. Gracias Javier! Y lo escribo en castellano, aún teniendo detrás ocho apellidos catalanes. Porque, gracias a Dios, también es un idioma que domino.
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Muchas gracias, Montse. Si todos se apercibieran de la riqueza que supone tener dos idiomas, y no uno solo, para entendernos!
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