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Familiarmente

~ Ser y vivir en clave de familia

Familiarmente

Publicaciones de la categoría: Hijos

Pornovisión

20 sábado Mar 2021

Posted by javiervq in Familia y sociedad, Hijos

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Poco tiempo después de la muerte de Miguel Ángel, Paolo Veronese pintó una Última Cena en la que había incluido algunas figuras inapropiadas (soldados alemanes, enanos, borrachos sangrando por la nariz…). Al ser llamado por la Inquisición bajo la acusación de haber tratado indignamente y sin respeto a la verdad un momento tan solemne, y no lograr convencerles, el pintor respondió que también en la Capilla Sixtina los cuerpos de la Virgen, del Salvador y de toda la Iglesia Triunfante estaban representados desnudos, con poca reverencia.

Para su sorpresa, fue el mismo inquisidor quien salió en defensa de Miguel Ángel con una respuesta que se hizo famosa en su tiempo: “¿No sabes que en estas figuras no hay nada que no sea espíritu?” Como Veronese era un tipo listo y sabía que era mejor no entrar en muchas disputas con la Inquisición, resolvió el incidente con una salida creativa: cambió el nombre del cuadro y lo tituló El banquete de Leví (Leví, bautizado Mateo por Jesús, era un rico recaudador de impuestos amigo de publicanos y pecadores).

El desnudo ha sido un tema permanentemente presente en el arte. Del arte pictórico y escultórico pasó al fotográfico y audiovisual, aunque entre los dos hay una importante diferencia: en los primeros la persona es solo el modelo, mientras que en los segundos ella misma se convierte en el propio objeto exhibido.

En la educación de nuestros hijos y de nuestra propia conciencia es importante distinguir cuándo un desnudo es, digámoslo así, ético, adecuado y cuándo no lo es. ¿Por qué los cuerpos pintados por Miguel Ángel son espirituales y pueden contemplarse sin pudor mientras que los cuerpos de las fotografías de un calendario pornográfico colgado en cualquier taller no lo son?

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Fuertes para amar

10 sábado Oct 2020

Posted by javiervq in Hijos

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Hablar de fortaleza es hablar de libertad, de libertad para amar, para hacer el bien. El bien es muchas veces arduo y difícil, y la tendencia a huir de lo doloroso es una dificultad para el uso de la libertad que libremente debo vencer, explica Carlos Cardona en Ética del quehacer educativo.

Este es el marco adecuado de la fortaleza: la tendencia al bien, al mayor bien posible. También para hacer el mal con eficacia es necesaria la fortaleza, aunque en este caso, al no estar informada por el amor, deja de ser virtud.

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El padre de tus hijos

26 sábado Sep 2020

Posted by javiervq in Hijos, Matrimonio

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Recuerdo que, cuando mis hijos eran pequeños, un amigo que tenía solo niñas me dijo: de vez en cuando pido prestado algún sobrinito para que mis hijas vayan conociendo de manera natural la diferencia entre hombre y mujer. Hablo de edades muy tempranas, cuando los niños todavía viven en la que San Juan Pablo II llamó la “inocencia originaria”.

Me pareció una forma ingeniosa de ponerles ante la realidad de la condición sexuada del ser humano. Al fin y al cabo, la única manera de entender el cuerpo del varón es a través del cuerpo de la mujer, y viceversa.

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La bella y la bestia

29 viernes May 2020

Posted by javiervq in Familia y sociedad, Hijos

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La autenticidad es un rasgo y un reto de toda persona. Max Scheler hablaba de ‘proxy lives’, que podríamos traducir como ‘vidas por poder’ o ‘vidas vicarias’, para referirse a aquellas personas que parecen discurrir a la sombra de otra más enérgica, de modo que dan la impresión de ‘desobedecerse a sí mismas’, incapaces de vivir su propia vida. Se trata de una actitud reactiva ante la vida, que no acaba de tomar la iniciativa, cuyas decisiones vienen condicionadas por las determinaciones más enérgicas de otro.

Basta una mirada al panorama político español para comprender la certeza de este diagnóstico, pues la vida propia puede ser vicaria de otra persona o de una ideología. Pero, no, no voy a hablar de política, sino de formación humana.

Todos queremos que nuestros hijos sean auténticos, que descubran y decidan vivir los verdaderos valores, que tomen sus propias decisiones y vivan su propia vida. En este post quiero abordar dos modos en que la familia y los padres cooperamos a esto.

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Gen-erosidad

09 domingo Feb 2020

Posted by javiervq in Hijos, Matrimonio

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En mi familia se suelen meter conmigo porque a veces extraigo conclusiones lógicas de determinados datos y las suelto como si fueran un conocimiento previo y contrastado que ya tuviera, en lugar de advertir que es una deducción que yo he hecho. Lo suelo hacer en especial con la etimología de las palabras. Algunas veces, pocas, acierto, y me da mucha satisfacción. El problema es que, cuando me equivoco, normalmente me olvido de decirlo y ahí queda, como una verdad compartida que no es tal. ¡Es lo que tiene la confianza!

Es lo que me sucedió mientras escuchaba las magníficas conferencias sobre masculinidad y feminidad que impartió este fin de semana Mariolina Ceriotti Migliarese en la jornada “Vivir en Familia” organizada por el Instituto de Estudios Superiores de la Familia de la UIC (Universitat Internacional de Catalunya).

La doctora Ceriotti dijo muchas cosas muy interesantes, la mayoría de ellas recogidas en sus libros sobre la mujer y el varón (“Erótica y Materna” y “Masculino, Fuerza, Eros, Ternura”), que aconsejo vivamente, pero hubo una que me llevó a descubrir la deliciosa etimología de la palabra “generosidad”.

Ser padre, dijo, no es lo mismo que ser papá. Uno deviene papá cuando se encuentra con el hijo en sus brazos, pero se hace padre cuando se encuentra con un proyecto de vida ajeno y decide integrarlo en el propio. Ser padre exige generosidad, reclama revisar y salir del propio proyecto vital para transformarlo y engrandecerlo con el de los hijos. Y, aunque la conferenciante se refería al padre varón, es predicable también de la mujer y del mismo matrimonio.

Y resulta que este es el origen de la palabra “generosidad”. Generoso es el que genera, el que engendra, y esta vez no me lo he inventado, lo he comprobado.

Engendrar, por lo tanto, en la raza humana, no equivale a generar un nuevo ejemplar de la especie, sino a revisar la propia trayectoria, renunciar a itinerarios que parecían inalterables, volver atrás para retomar un camino descartado, salir de uno mismo y centrarse en los demás, refundar la propia existencia.

Pero, claro, esto no se consigue por el mero hecho de engendrar a un hijo. Hace falta reflexión, entrenamiento y preparación remota. Sería una buena asignatura para completar los currículos académicos: la paternidad.

La doctora Ceriotti aconsejaba imaginar al hijo como el padre del futuro, lo que exige ayudarle a no estar egocentrado, recordarle que su vida no va sobre él mismo, explicarle que sus decisiones no pueden encerrarle en los límites de su propio interés, que su carrera profesional es solo relativamente importante y puede llegar a convertirse, como decía Carl Gustav Jung, en “una compensación barata a una personalidad deficiente”, que lo humano está siempre por encima de cualquier otra realidad.

Existe, en efecto, recordaba la conferenciante, una diferencia esencial en la relación que tienen con el hijo la mujer y el varón: el ligamen biológico, directo y fuerte, de la madre es indirecto y débil en el padre, que estrena su relación de paternidad casi de una manera cultural, aprendida y, a veces, más como una pérdida de exclusividad de su relación con la madre que como un enriquecimiento vital.

En el fondo, nada nuevo bajo el sol: a la transmisión de la vida siempre se la ha llamado generosidad, que es lo propio del amor. El reto consiste en introducir ese gen en la educación de nuestros hijos desde el primer momento. Y el primer paso, como siempre, es el ejemplo.

Javier Vidal-Quadras Trías de Bes

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¡No pertenezco a nadie!

19 domingo Ene 2020

Posted by javiervq in Familia y sociedad, Hijos

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El dilema que planteaba la ministra de educación acerca de quién tiene derecho a decidir sobre la educación de la conciencia de un menor lo resolvió mi hijo de 15 años en tres segundos.

Iba el viernes en coche con una de mis hijas mayores, su novio y mi hijo adolescente. Una de las características propias de los adolescentes es que nunca sabes cuándo te escuchan y cuándo no. En un momento determinado, mi hija recordó la polémica frase de la ministra: “no podemos pensar de ninguna de las maneras que los hijos pertenecen a los padres”. Como espoleado por un resorte de autodefensa, mi hijo adolescente se revolvió en el asiento y me interpeló: “¡¿Ah, no?! ¡Entonces, por qué no me dejáis salir y tengo que hacer lo que vosotros decís!” Y, gracias a la señora ministra, volvimos a tener la misma discusión de cada viernes, pero ahora con un argumento de autoridad, la voz de una ministra, a favor de mi hijo.

La trampa argumentativa que, conscientemente o no, introdujo la ministra me obligó a llevar la conversación más allá de una salida de viernes, que, por otro lado, no podía darse porque nos estábamos yendo fuera de Barcelona.

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Cuando Rompetechos leyó Cenicienta

25 jueves Abr 2019

Posted by javiervq in Familia y sociedad, Hijos

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Hace unos días, una escuela de Barcelona decidió retirar de su biblioteca infantil una serie de cuentos por considerarlos inadecuados según los nuevos cánones de la censura feminista.

Voces autorizadas han apoyado la iniciativa. Quizás, una de las que más me ha llamado la atención ha sido la de la escritora Laura Freixas, precisamente por tratarse de una escritora, es decir, de una contadora de cuentos. Escribe con vehemencia en La Vanguardia: “¿Por qué yo nunca le llevaba la contraria a mi marido? ¿Por qué no me enfadaba con él? (…), ¿cómo me convertí en esa mujercita sonriente, a la sombra de su maridito, que nunca había querido ser? (…) Y es que como todo el mundo, yo me hice una idea de lo que es ser mujer u hombre a través de relatos, empezando por los cuentos, como esos que la escuela Tàber ha retirado de su biblioteca infantil”, y termina diciendo: “Ojalá hubiera ido a la escuela Tàber”.

De pequeño, como muchos de mis contemporáneos, leí el Jabato, el Capitán Trueno, Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón, Carpanta, Hansel y Gretel y muchos otros cuentos y tebeos que a mis lectores menores de 50 años les sonarán a chino. Pero nunca se me ocurrió que debía matar sarracenos, hacer trastadas inimaginables, poner explosivos en cualquier recipiente, comerme cuatro barras de pan seguidas o abandonar a mis hijos en pleno bosque.

La figura de varón, padre y ciudadano la aprendí, y todavía lo hago, de Miguel Vidal-Quadras Biada, una persona afable, servicial, trabajadora y respetuosa con todos, que decidió compartir su vida con una mujer también excepcional, Mª Ángeles Trías de Bes, a quien ninguno de sus hijos confundió nunca con Caperucita, la bella Durmiente o la atribulada mujer de Ástérix. Comprendo que no todo el mundo ha tenido la misma suerte que yo en la vida y no puedo ni debo juzgar la infancia de nadie, pero, después de casi treinta años dedicado a la orientación familiar, sí creo poder afirmar que el rol de hombre o mujer, padre o madre, marido o mujer, ciudadano o ciudadana no se aprende en los cuentos sino en casa, en la familia.

Cuando se olvidan las imágenes, la metáfora, la alegoría o la poesía y se priva a la literatura de su simbolismo, dejándola al albur de la fría ciencia (ya sea la sociología, la psicología o la pedagogía), la creatividad humana muere aplastada bajo el peso implacable de una razón sin corazón, ¡o viceversa!, fácilmente ideologizada.

Recomendaría a quien quiera entender el simbolismo de los cuentos proscritos que leyera a Mariolina Ceriotti Migliarese (psiquiatra y mujer), cuyo libro “Erótica y Materna, un viaje al universo femenino”, recientemente publicado en España, además de ofrecer una semblanza extraordinaria del mundo de la mujer, da algunas interesantes pautas interpretativas sobre Cenicienta, Blancanieves y La Bella Duermiente.

En lugar de quemarlos en la hoguera o decidir por los padres qué tienen que leer sus hijos (una vieja tentación totalitaria), propone una aproximación inteligente que permita descifrar los significados simbólicos “que siguen siendo válidos para captar los pasos evolutivos de la psicología femenina”. Por cierto, que el libro es anterior a la polémica generada en España.

Por ejemplo, destaca la encarnación en la hija de los valores más hondos de esa madre fallecida prematuramente, materna y buena, confrontados con la madrastra, que representa la exacerbación de la belleza y la frivolidad. O la superación de los obstáculos de una madre (madrastra) posesiva en el recorrido hacia la vida adulta y su acceso a la vida sexual que representa el encuentro con el príncipe. O el papel gris y secundario de la figura paterna, normalmente blanducha e indecisa, que, en el fondo, “acepta de buena gana lo que está pasando y deja que su hija viva hasta el fondo el encuentro/desencuentro con la imagen negativa de la madre, hasta que llegue a construir su propia identidad adulta”.

En fin, que cada uno ve la vida, y los cuentos, del color del cristal con el que mira. Me temo que el problema no está en los cuentos sino en la misma vida.

Por si acaso, voy a esconder “Guerra y Paz”, no sea que la retiren también por violenta, y “El principito”, a la espera de la secuela “La principita”, que ya deben de estar escribiendo en algún despacho subvencionado, eso sí, en prosa de oficinista.

¡Y mira que hay cosas serias de las que ocuparse!

Javier Vidal-Quadras Trías de Bes

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Lo profundo de la vida

07 domingo Abr 2019

Posted by javiervq in Crecimiento personal, Espíritu, Familia y sociedad, Hijos

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Como ya saben los lectores asiduos de mis posts, mi hermano pequeño es monje de la Comunidad del Cordero. Su carisma es ser contemplativo en medio del mundo de la pobreza. No tiene nada propio y pide cada día su comida. Si no se la dan, come en los comedores públicos, en los de la Madre Teresa o donde pueda… o no come. Otras veces, me contaba, les toca comer arroz durante una semana entera, porque es lo que hay. En mi casa, en cambio, cuando se ha comido pasta se procura cenar algo distinto y si, a veces, muy pocas, por error o por descuido, se repite, no es raro escuchar alguna protesta.

Como es un hombre místico y muy metido en Dios, mi hermano pronuncia ciertas frases enigmáticas, que cuesta descifrar. En un post antiguo mencioné, como de pasada, un comentario que me hizo mi hermano un día, hablando de sus hermanos los pobres: “los pobres viven en lo profundo de la vida”, me dijo. Después de mucho tiempo de dar vueltas a la frase, fui captando la verdad honda que encerraba. En efecto, las decisiones diarias de los pobres son de tal calado que pueden significar la vida o la muerte, la salud o la enfermedad, el hambre o la alimentación…

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Influencias

23 sábado Feb 2019

Posted by javiervq in Crecimiento personal, Familia y sociedad, Hijos

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Un asunto crucial en la educación y, en general, en las relaciones humanas es el de la libertad. En más de una ocasión he recordado las palabras con que Luis Bordonaba, gran profesor y mejor persona, comenzó una conferencia sobre la adolescencia a la que tuve la fortuna de poder asistir: “cuando se trae un hijo al mundo, solo hay un objetivo: ¡sacarlo de casa!” Después explicó que “sacarlo de casa” consistía en educarle para la libertad, para que sea él mismo, autónomo, resistente y real lo antes posible. Hoy diríamos: empoderarle.

Podríamos preguntarnos: entonces, ¿hasta qué punto es bueno que en nuestra tarea educativa ejerzamos una profunda influencia en nuestros hijos? Si así lo hacemos, ¿no estaremos impidiendo el desarrollo de su propia personalidad?

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Belleza y corazón

15 viernes Feb 2019

Posted by javiervq in Hijos

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En el último post, a propósito del transhumanismo, advertía de la gran tentación que amenaza al ser humano cuando se encuentra con un poder que no está preparado para gestionar y utiliza solo en su propio beneficio. Supongo que no hará falta poner ejemplos concretos. Cada uno estará pensando en este momento en personas que se han dejado llevar por esa ambición de poder, de riqueza, de prestigio, de sensualidad desmedidas hasta el punto de ver en los demás meros instrumentos o peldaños para su satisfacción y promoción personal.

Una de las asignaturas pendientes para lograr esta madurez personal que nos conduzca a olvidarnos un poco de nosotros mismos y centrarnos en los demás es la educación de los sentimientos, de la que ya he hablado en alguna ocasión.

María Wolter es una profesora de filosofía de la Universidad Franciscana de Steubenville, en Ohio, experta en el que podríamos llamar el filósofo de los sentimientos, Dietrich von Hildebrand, quien dejó escritas páginas certeras y profundas acerca de la dimensión que él denominaba “el corazón” y que, según enseñaba, iba más allá de la mera sentimentalidad para erigirse en el centro de la espiritualidad humana.

La profesora Wolter, inspirada en von Hildebrand, ofrece los siguientes criterios para educar los sentimientos y adaptarlos a la realidad, a fin de evitar que acaben siempre vueltos hacia nosotros mismos:

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