Hoy te he visto llorar mientras rezabas porque no has podido venir a despedirte.
No entiendes por qué me he ido así, solo y aislado, en un hospital frío, sitiado por las hordas de un enemigo invisible.
Por qué, en esta guerra incomprensible, el campo de batalla se cobra a los más débiles.
Por qué tú no has podido prestarme tu coraza, vendarme las heridas.
Por qué no te han dejado transmitirme la fuerza de tu mano luchando por tenerme un rato más aquí, a tu lado.
Y cuando te miraba desde esta Altura en que me encuentro, te he pedido que alzaras los ojos un momento… y he trasladado tu alma a un lugar que ni imaginas.
He querido mostrarte los caballos blancos que me han llevado a lomos estos días. Enjaezados con sus cables y ropajes, alentados por mil sonidos y luces de colores, transformados en camas y literas. Te he dejado sentir su señorial galope llevándome a la Vida sin lamento.
Has visto sus jinetes, mensajeros del Cielo, luchando cada día por la vida como ángeles de luz. Has visto la unión en la batalla, la fuerza en la impotencia, el intenso cariño que mis sábanas ceñía. ¡Mis ángeles soldados con sus batas consumidas!
Y cuando, por fin, te has secado las lágrimas, has podido admirar también en sus ojos las sonrisas. En sus pasos, los abrazos. Y en sus voces serenas, los gritos de ánimo en la lucha.
Y has respirado el aire de lo humano rociando los rincones sin brecha ni descanso. La humanidad vivida y compartida. Al Cielo encaminada.
Y, entonces, después de entender que mi partida no ha sido en vano ni abandono, después de que tu alma se amansara, has podido comprender, aún sin quererlo, por qué me he ido sin decirte un adiós de despedida.
Has sabido en tus rezos sin palabras que no quise decirte adiós, mi vida, porque… aún estoy Aquí, y Aquí te espero. Estoy donde tú estás, sí, todavía… para viajar contigo donde quieras. Y cada día. Y sin adiós. Y siempre. De por Vida.
Javier Vidal-Quadras Trías de Bes
Felicidades Javier por tan poético y bello escrito.
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Muchas gracias, Dioni!!
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Pingback: No has podido venir a despedirte… | Jóvenes Católicos
Javier, impresionante. Me he emocionado con tus palabras, y después, como dices, «se ha amansado mi alma». Gracias amigo y compañero.
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Gracias a ti, Juan-Miguel!! Un fuerte abrazo. Espero que estéis todos bien!
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