Si yo digo “la parte de uro del simu” o “las flash card de gine” estoy seguro de que una buena parte de los lectores de este blog no habrá entendido nada. En nuestra familia no había tradición de médicos hasta que Belén, nuestra sexta hija, la ha inaugurado. Y este breve post quiere ser un homenaje a ella y sus amigas, a quienes hemos visto estudiar día sí y día también durante siete largos años.
El remate ha sido el MIR. A la vista de la experiencia, yo pensaba que quería decir Meses Intensamente Recluida, pero, por lo visto, significa Médico Interno Residente. Es un sistema curioso de selección. Después de siete años estudiando, para entrar en la sanidad pública, los alumnos compiten por las plazas disponibles en las distintas especialidades.
Como en casa somos muy corporativistas, a Belén le dijimos que tenía que optar a una especialidad que tuviera alguna aplicación en la familia. Los más contestatarios le aconsejaron que apuntara a psiquiatría o algo similar. ¡Y no lo descarta!
Una de las derivadas inesperadas del MIR es la implicación de la familia y de las amigas, y amigos, el día del examen. Ya desde antes de verano, el 20 de enero quedó grabado a fuego en todas las agendas. Ese día no se puede hacer nada. Yo, en mi ingenuidad, pensaba que se examinaba ella sola, pero no. Ella sola es la que estudia y se presenta, pero es imprescindible desarrollar todo un aparato logístico alrededor del evento.
La primera parte es de acompañamiento. Durante los meses de estudio del MIR está todo milimétricamente pautado. Y uno de los consejos consiste en dejar de estudiar y, a ser posible, de pensar, la tarde del viernes y la mañana del sábado del examen. Hay que pensar en actividades que distraigan sin abrumar, para que el cerebro y los nervios estén bien dispuestos cuando llegue la hora. Lo que más ilusión me hizo fue acompañar a Belén con Loles la tarde del sábado a las puertas de la universidad, como hacíamos cuando era pequeña. Fuimos caminando desde casa y, por la calle, íbamos identificando a muchos otros padres con sus hijos. La familia, ‘el lugar al que se vuelve’, pensé, rememorando el título del libro de Rafael Alvira. La que está siempre ahí en los momentos importantes.
Belén tenía cuatro horas de examen por delante. Nos despedimos y, cuando ya me disponía a pasar una tarde tranquila de lectura y escritura en casa hasta la hora de la recogida, Loles me puso al corriente de cuál era mi papel esa tarde.
La visita de monumentos del Viernes Santo se quedó corta ante nuestro peregrinar por las iglesias de la zona. Primero, un rato de adoración ante el Santísimo en la capilla de adoración perpetua del Colegio Santa Isabel que tenemos al lado de casa. Después, me informó de que en la iglesia de Sant Vicenç de Sarriá se había organizado una vela para los alumnos del MIR, y allí que nos fuimos…
La verdad es que logré meterme en mi papel y casi podía notar cómo Belén recibía la fuerza de las oraciones de sus padres, y de tantos otros. Incluso llegué a imaginármela cambiando una respuesta gracias a nuestros rezos.
Pero la traca final llegó cuando fuimos a recogerla. «¡¿Cómo, hay que ir una hora antes?!«, protesté. Ni caso. Había que coger sitio. ¡Coger sitio para recoger a alguien de un examen! En efecto, cuando llegamos a las 19,30h, una hora antes del final del examen, había ya varias familias. Nos sentamos en unas sillas desocupadas en la terraza del bar, y a esperar.
La gente iba llegando progresivamente. Habría transcurrido una media hora cuando apareció una turbamulta con pancartas, globos, trompetas y adhesivos que iban estampando en cada farola, silla, pecho y, si te descuidabas, hasta en la nariz. Por suerte, hace tiempo que superé lo de la vergüenza ajena. ¡Eran las amigas de Belén! ¿20, 30, 50? Desistí de contarlas. Venían a darle la más calurosa (y ruidosa) bienvenida de todo el MIR. Y yo diría que de todos los MIRs de todos los tiempos. Aunque creo que es pasión de padre.
Verla salir después de cuatro horas de desgaste intelectual y nervios contenidos, descubrir a sus amigas y correr hacia ellas saludando como una estrella de cine, llegar a ellas y verla rodeada de gente saltando y coreando su nombre con tanto cariño fue una experiencia muy intensa y emotiva. Siempre les estaré agradecido.
Ahora, Belén y sus amigas del MIR disfrutan de un merecido descanso no exento de una cierta tensión por la nota, que van a saber el mes que viene. Desde la experiencia de una cierta edad, ¡tampoco tanta!, y de haber estudiado tres años de oposiciones y después haberlas dejado para dedicarme a la abogacía, les puedo decir a todas que, pase lo que pase y saquen la nota que saquen, pueden estar bien orgullosas y tener la certeza de que este tiempo ha sido bien, muy bien empleado.
Por cierto ,no quiero dejaros con la intriga: simu es simulacro; uro, urología; flash card, una especie de imágenes-pregunta para memorizar y gine, ginecología.
¡Feliz fin de semana!
Javier Vidal-Quadras Trías de Bes
Buenos días!
Lo estábamos esperando!!!!
Realmente… Así ha sido!
Etapa:
M emorable para una gran médico
I ntensa e increíble
R emovedora para todos *
Gracias !!!
Mar
No encuentro adjetivo. 😫Que nos ha removido a todos.
Enviado desde mi iPhone
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Muchas gracias, Mar! Y, sobre todo, muchas gracias por estar ahí ese día y siempre apoyando a Belén y a todos!
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Bravo Belén!!!!
Seguro que con esas ayudas sacas un buen resultado!!!!
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Seguro!!!
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Mucha suerte! A ver si la tenemos en la CUN!
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Gracias! Ya me gustaría!!
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Que bien estar con ella y con vosotros ayer. Es un encanto.
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Gracias! Lo pasamos muy bien ayer!
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Javier y toda la familia, enhorabuena. Que saque una buena plaza. Un abrazo,
Miguel Angel
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