Hoy, al verte en la cruz, ¡hoy!, enclavado,
la razón se rebela, humana y fría:
¿Cómo un Dios agoniza así, colgado?
¿Cómo un hombre doliente Dios envía?

Hoy, al verte en la cueva, ¡hoy!, sepultado,
la voluntad se rompe y desconfía:
¿Cómo un Dios bajo tierra y olvidado?
¿Cómo un hombre, acabado, nuestro guía?

Hoy, al hundirte, ¡hoy!, en la amargura,
el corazón repudia esta quimera:
¿Cómo un Dios que se cubre de negrura?
¿Cómo un hombre que puede ser cualquiera?

Hoy, al no verte, ¡hoy!, en mi alma oscura,
mi memoria se olvida y desespera:
¿Cómo un Dios sin presencia ni figura?
¿Cómo un hombre que muere y nadie espera?

Pero hoy, que mi mente no comprende,
hoy, que mi voluntad duerme vacía,
hoy, que mi corazón ya ni se enciende,
y mi olvido de noche cubre al día….

¡Hoy es cuando te entiendo sin pensar,
cuando quiero quererte sin querer!
¡Y hoy es cuando te siento de verdad
y veo lo que en ti no supe ver!

¡Hoy es cuando mi mente tú reclamas,
cuando mi voluntad tú solicitas!
¡Y hoy es cuando, en recuerdos, tú me llamas
y cuando más mi amor tú necesitas!

¡Porque hoy es mi razón… tu prendimiento
y hoy es mi voluntad… tu sufrimiento,
la fuerza que me mueve…, tu tormento
y hoy es mi corazón… tu sentimiento!

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