Parsifal fue educado por su madre en la ignorancia de su estirpe de caballero. Pero su corazón presentía algo y partió, sin saberlo, en busca de su verdad.
Wolfram von Eschenbach escribió su famoso poema épico “Parsifal” (Parzival, en el original) en 1230 recogiendo las tradiciones de las fábulas artúricas cantadas por los trovadores provenzales y situó en el Noreste de España el templo de Montsalvat, más allá del bosque de Salvatierra, donde la orden de Caballeros del Grial custodiaba la copa que había recogido la ‘sangre’ de Cristo en la última cena y quizás también en la Pasión.
El último rey custodio del Grial, Amfortas, recibió una herida en la batalla, que le postró junto al santo Caliz. La herida abierta no cicatrizaba y su reino cristiano, sin rey, se desangraba. Solo un caballero limpio y honesto sería capaz de curar la herida y el reino.
Este fin de semana, Loles y yo hemos estado en Eslovenia, en Ljubljana y en Ptuj, para ayudar a impulsar las actividades de Family Enrichment en ese país, invitados por Miha y Cecilia, que, junto con otros jóvenes matrimonios, luchan cada día por transmitir la belleza de la vida de familia a todos los eslovenos.
Yuri, un joven profesor de historia, me explicó, camino a Ptuj, que Wolfram von Eschenbach vivió largos años en esa ciudad y los lugareños pueden reconocer en sus campos y montañas las descripciones que hace en su poema del monte de Montsalvat, el bosque de Salvatierra y los demás lugares que aparecen en el poema. El Santo Grial, hoy en la catedral de Valencia, se conservó, según la tradición, en el monasterio de San Juan de la Peña, pero los paisajes del escenario que recrea el poema de von Eschenbach están en Eslovenia.
Parsifal creyó haber encontrado el santo Grial la primera vez que visitó el templo y se encontró con el rey herido, pero su egocentrismo y frialdad no le permitieron compadecerse de Amfortas. Y volvió a sí mismo, a sus proezas de caballero andante, en pos de su propia gloria.
Pero esa visita no le dejó indiferente y, a partir de ese día, experimentó la soledad y oscuridad del alma centrada en sí misma. Pasó noches oscuras y se preguntó por la verdad. Por fin, tornó al templo y formuló a Amfortas la única pregunta que podía conducirle al amor verdadero: “¿Qué te atormenta? ¿Cuál es tu dolor”. Wagner imaginó un final mítico y, en su ópera homónima, Parsifal extrajo su espada y curó con ella la herida abierta del rey. ¡Curar con lo que puede matar!
En Ptuj, Miriam y Vlada nos pusieron en contacto con varios matrimonios que no se conforman con una vida cómoda y burguesa y están decididos a arrastrar a muchos otros a esta aventura épica de llevar la felicidad a todas las familias del mundo.
En Ljubljana encontrarán el apoyo de muchos otros, Helena y Gregor, Spela y Yuri, Ana y Jaka, Maja y Andrej y, por supuesto, Cecilia y Miha, que están dispuestos a ensanchar horizontes, vestirse con la armadura del olvido de sí y la entrega a los demás y emprender el viaje de Parsifal.
La victoria de Parsifal fue salir de sí mismo. Su pregunta se transformó en sentimiento, pero en un sentimiento enraizado en la verdad del amor auténtico. Y ese sentimiento impregnado de verdad es el que nos llevó a soñar este fin de semana junto con nuestros nuevos amigos. Soñamos con cambiar el mundo, familia a familia, corazón a corazón. Imaginamos una Eslovenia -un país que ha soportado y superado gracias a la familia la ferocidad de una dictadura deshumanizadora-, partiendo a la búsqueda y encuentro del Santo Grial para llevarlo a todos los rincones del mundo.
Al encontrar la verdad y curar al rey herido, Parsifal se transformó en rey y se convirtió en el nuevo custodio de la santa Copa. El templo de Montsalvat es, hoy, la familia, el único lugar en que el ser humano puede encontrar su verdad y vivir en ella. En la IFFD (www.iffd.org) hace ya más de cincuenta años que buscamos nuevos parsifales, mujeres y hombres dispuestos a dejarse la piel para llevar a todos, ¡no!, a cada uno de todos, la maravillosa belleza y verdad de la familia.
Muchas gracias, amigos eslovenos, por ayudarnos a seguir soñando una realidad que algún día, más próximo de lo que algunos piensan, se quedará corta.
Javier Vidal-Quadras Trías de Bes
Interesante,yo creía que estaba Montsalvat en Salvatierra ,provincia de Álava,y que no estaba en Montserrat….
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Gracias, Fidel! A saber dónde está…!
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