Medjugorje

Este fin de semana, Loles y yo hemos estado en Medjugorje, un pueblecito entre dos montañas (eso significa el nombre: entre montes) en Bosnia-Herzegovina donde, desde hace más de cuarenta años, seis videntes (ahora dispersos) afirman que la Virgen María se les aparece con distinta periodicidad, ¡alguno diaria! La Iglesia Católica no se ha pronunciado aún acerca de esta devoción, que es privada, como lo es la de todas las apariciones de la Virgen, incluso aquellas en las que la Iglesia considera que consta su sobrenaturalidad (El Pilar, Lourdes, Fátima, Guadalupe, Rue du Bac…).

La Iglesia sostiene que la revelación cristiana que constituye el depósito de la fe terminó con el último de los apóstoles, y todas las eventuales revelaciones ulteriores son privadas y, por tanto, de libre aceptación. Además, según parece, no se puede pronunciar hasta que las apariciones hayan terminado.

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Elena

Los niños tienen una sensibilidad innata para captar las grandes verdades sin complicarse la vida. Tú les dices que en la barriguita de su mamá está su hermanita (y no un mero ser vivo) y ellos lo entienden a la primera sin necesidad de ecografía alguna, y lo viven con absoluta certeza.

El primer aviso de que Elena, la cuarta de nuestros nietos (¡y primera niña!) estaba llamando a la puerta nos lo dio su hermano Tomás, de tres años, hace un par de días. Su madre le amonestó por haber pintarrajeado un libro y él, con toda naturalidad, contestó que había sido Elena, no él. Acto seguido, se dirigió con la palabra a la barriga de Alejandra y, con su lengua de trapo, reconvino a Elenita: ¡Elena, no pintaz libros!

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Fake it till you make it

Una de las distracciones más divertidas es observar a los adultos imitando a los bebés o tratando que ellos les imiten. El bebé hace un sonido onomatopéyico y todos los adultos que están a su alrededor y quieren interactuar con él lo repiten. Lo que con sus congéneres adultos resultaría cómico o burlesco, con los bebés es divertido y desestresante.

Este fin de semana nos ha tocado cuidar de Nico, nuestro nieto de un año y lo estamos experimentando ya desde ayer tarde.

Shawn Achor habló en su libro The happiness advantage de las neuronas espejo, que tienden a replicar lo que ven en otros. La diferencia es que estas neuronas actúan reflejamente y no reflexivamente.

¿No os habéis encontrado llevando instintivamente vuestras manos a la nariz cuando veis que un jugador de fútbol ha recibido un violento codazo en la suya, casi sintiendo el mismo dolor? En sus conferencias, Achor suele comenzar por un experimento: pide a cada uno que mire a la persona que tiene al lado. El que está a la izquierda tiene que intentar no mostrar ningún afecto: cara seria y contenida. Mientras que el de la derecha ha de sonreír lo más amplia y afectivamente que pueda. No transcurre un minuto sin que el auditorio explote en carcajadas.

Las emociones se contagian. Está demostrado que cuando tres extraños se encuentran en una habitación, el más expresivo emocionalmente transmite su estado de humor a los otros dos en escasos dos minutos. También en los grupos de personas sucede lo mismo. La convivencia diaria va transmitiendo un estado de humor, de modo que los psicólogos de organizaciones han descubierto que cada grupo desarrolla su propio tono emocional grupal, que va generando con el tiempo normas emocionales por las que acaban rigiéndose todos.

Naturalmente, en las familias sucede lo mismo. Cada una desarrolla su tono vital. Hay familias serenas, nerviosas, alegres, tristes, amargadas, animosas, apocadas… Y otras que transitan por los distintos estados de ánimo familiares dependiendo de quiénes de sus miembros tomen la iniciativa emocional y contagien al resto. En las familas numerosas esta es una experiencia común: el estado de ánimo general varía en función de los que estés presentes ese día… o esa temporada.

¿Se puede cambiar? ¡Se puede! Cada familia es capaz de decidir hasta cierto extremo el estado emocional que quiere imprimir en su hogar.

El contagio emocional comienza por las expresiones faciales, el lenguaje corporal y el tono de voz de los que nos rodean. Cuando sin darte cuenta imitas la sonrisa de otro aunque no tengas muchas razones para estar contento ese día, te haces más feliz porque, inconscientemente, provocas un sentimiento de alegría: tu cerebro, al detectar ese movimiento, piensa que estás feliz y genera sustancias neuroquímicas que te mueven a sentir la alegría, explica Shawn Achor. Se ha comprobado en experimentos que basta con un solo miembro del grupo que transmita buen humor, sea porque es alegre por naturaleza o porque lucha por serlo, para mejorar el de los demás… e, incluso (tomen nota los empresarios) influir también en su desempeño y rendimiento laboral.

La recomendación del autor del libro es muy sencilla: fake it till you make it. Simúlalo hasta que lo sientas. ¿A algún abuelo le apetece hacer el avioncito para que su nieto coma la dichosa papilla de pescado? Pues, eso, hay que hacer el avioncito también para nuestra mujer o marido, nuestros hijos, nuestros padres…, hasta generar el ambiente sano, confiado, optimista y alegre que nuestra familia merece. Y, a fuerza de hacerlo, nos acabará apeteciendo. ¿No te lo crees? Allá tú. Si no lo pruebas, nunca lo sabrás.

Feliz fin de semana.

Javier Vidal-Quadras Trías de Bes

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Liberar la libertad

Casi todos los padres hemos pasado por la angustia de perder algún hijo pequeño por la calle durante unos minutos. Para el niño también es un trauma. Todo lo que le parecía divertido, atractivo y favorable cuando caminaba de la mano de su padre se torna amenazante, agresivo y contrario cuando se encuentra solo y perdido: el mundo se le hace extraño y las cosas y personas se transforman en sospechosos peligros.

La humanidad tiene conciencia de haber vivido esta experiencia. En muchas tradiciones sapienciales existe la memoria de que el ser humano había sido más de lo que es, pero en algún momento de su historia se rebeló contra la verdad. En la tradición católica, esto se expresa con el relato de Adán y Eva. Estaban radicados en el Amor (según preciosa expresión de Juan Pablo II), pero se introdujo en ellos la sospecha y se soltaron de la mano de Dios, queriendo decidir ellos lo que era bueno y lo que era malo, como si se hubieran creado a sí mismos. Desde ese mismo momento, el mundo se les hizo hostil, e incluso su cuerpo se les hizo extraño, tanto que tuvieron que cubrirlo.

Probablemente, ha sido esta experiencia de la humanidad en sus orígenes la que ha inspirado el mensaje principal de Dignitas Infinita, la Declaración sobre la dignidad humana que aprobó y ordenó publicar el Papa Francisco, con fecha 2 de abril de 2024.

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Lo bello y lo brillante

Esta Semana Santa estuve un par de días en Roma, impartiendo dos talleres en el marco del UNIV 2024, un “encuentro internacional de jóvenes universitarios que buscan profundizar en su fe, en su vida y dar sentido a su trabajo”, tal como ellos mismos se definen.

Mi taller trataba sobre sexualidad y, claro, surgieron algunos temas inevitables cuando se habla de sexualidad, como la intimidad y el pudor, de los que ya he escrito en otras ocasiones.

Aristóteles explicaba que la vergüenza o el pudor surgen cuando algo de nuestro ser se desequilibra, se escapa de nuestro control y perdemos la armonía que nos da nuestra condición de seres racionales. Por ejemplo, cuando tenemos un ataque de ira incontrolada y nos salimos de nosotros mismos, sentimos vergüenza y nos vemos impelidos a pedir perdón por el daño que hayamos podido hacer a los demás o a nuestra propia dignidad personal.

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«Estar» junto a la Cruz

Hoy, revivimos aquel día en que la divinidad pareció oscurecerse y diluirse en la debilidad humana. Todos los sufrimientos y males del mundo quisieron concentrarse en este Dios desfigurado: todo el mal físico que es capaz de infligir uno de los peores instrumentos de tortura que la iniquidad humana ha podido  imaginar; todo el mal psicológico de haber experimentado el repudio y la cobardía de sus seres más queridos; todo el mal moral de una condena injusta y vengativa, que le degradaba a los ojos de todos a la más miserable condición humana; todo el mal espiritual que le privó incluso de escuchar la voz de su Padre, cuyo silencio incomprensible hería su corazón con más fuerza que la lanza que confirmó su muerte.

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Pause by IFFD

Escribo este post para presentaros Pause by IFFD, una plataforma de contenidos sobre familia, educación y crecimiento personal que lanzamos desde la IFFD (International Federation for Family Development). Aquí os dejo el video promocional: Pause by IFFD.

Se trata de un proyecto ambicioso, muy ambicioso, con el que esperamos poder desarrollar la mayor plataforma del mundo sobre la familia y el crecimiento personal basada en el humanismo familiar.

Lo haremos en tres fases…

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A su manera

Mi suegro tenía un buen amigo que, durante los siete años que la familia de mi mujer se fue a vivir fuera de España, lo llamó por teléfono cada martes. Cuando falleció mi suegro, pasó a llamar a mi suegra, ya de vuelta a España, durante otros diez años. Y, tras fallecer mi suegra, llamó a mi mujer, como hija mayor de su familia, otros siete años, hasta que falleció él.

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Cebú

El fin de semana pasado, Loles y yo estuvimos en Cebú, Filipinas, asistiendo al 21 Congreso Internacional de la Familia de la IFFD (www.iffd.org). El congreso, que tenía como lema Vida de familia y nuevas tecnologías, reunió a 1300 personas de 40 países dispuestas a gritar al mundo una verdad incontestable: ¡la familia está viva y es el futuro de la humanidad! No os voy a explicar el congreso, una imagen vale más que mil palabras, así que, al final os inserto un vínculo que os llevará a un video con algunas tomas del congreso.

Pero sí me gustaría compartir con vosotros el mensaje final que, como secretario general de IFFD, intenté transmitir en el congreso, que va dirigido, sobre todo, a las miles de personas que en todo el mundo nos ayudan cada día a expandir este amor a la familia que recorre las venas de la IFFD:

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¿Un retiro más?

“No fue culpa tuya, ni tampoco mía; fue culpa de la monotonía”. Con este verso, que, como dijo el cura, no es de una doctora de la Iglesia sino de Shakira, comenzó el viernes pasado el curso de retiro al que asistí. Es muy recomendable, una vez al año, tomar un poco de distancia del ritmo, ya sea ajetreado o monótono, de la vida diaria y retirarse en el modo que cada uno tenga por conveniente.

En mi caso, ya hace muchos años que asisto a cursos de retiro espiritual organizados por el Opus Dei. Es lo que tiene ser del Opus. Y aunque aparentemente se repite cada año lo mismo, no hay manera de agotar su contenido y su eficacia espiritual. Son retiros con un programa conocido: se puede explicar todo lo que se hace, lo inexplicable es todo lo que sucede.

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